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jueves, 10 de julio de 2008

MAYAS

Localización geográfica
El territorio que ocupó la civilización maya abarcaba la porción sureste de la actual República mexicana: parte de los estados de Tabasco y Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, así como los actuales Guatemala y Belice, y algunas regiones de Honduras y El Salvador. Presentó una gran variedad étnica, lingüística y cultural.


La mayor parte de las zonas de ocupación que conocemos se encuentran en la zona sur (el litoral de Guatemala, Chiapas y El Salvador, en el Pacífico); en la parte septentrional de Belice y en las tierras altas, en Kaminaljuyú, en las afueras de la actual ciudad de Guatemala. En la zona norte de la península de Yucatán son sumamente escasos los asentamientos conocidos.

Orígenes
Gracias a recientes investigaciones sabemos que las primeras ocupaciones humanas en esta área se remontan a más de 20 mil años y que, posiblemente, estas tuvieron como antecedente común a la cultura olmeca; sin embargo, sólo hacia el año 2 000 a. C. aparecen los primeros asentamientos aldeanos en el litoral y en las márgenes de los ríos.


Una de esas zonas ecológicas de ocupación es el litoral de Guatemala en el Pacífico, cerca de la frontera de Chiapas. Esa región posiblemente no haya sido poblada por gente de habla maya en tiempos remotos, pero sus culturas primitivas deben haber sido semejantes a las que desembocarían en la vida sedentaria que algún día habría de encontrarse en otras partes de la zona maya.

Las lenguas

En este territorio se hablan actualmente más de 26 idiomas mayenses con un origen común, es decir, que derivan de una misma lengua ya desaparecida, por lo que los lingüistas los agrupan dentro de la familia denominada maya. Todos los idiomas mayenses tienen varias características en común; por ejemplo, en ninguno hay verbo ser; más que marcarse plurales, se señalan colectivos, así tendríamos: piedra (singular) y pedregal (colectivo), pero no piedras (plural); utilizan las partes del cuerpo humano como referencia para establecer comparaciones con diversos objetos, de ahí que la puerta de una casa se denomine "su boca", el techo "su cabeza", las paredes interiores "sus entrañas", etcétera. Además, no cuentan en abstracto como nosotros, uno, dos, tres, cuatro, sino que utilizan clasificadores, palabras que indican la clase de objetos que se van a enumerar. Así, tenemos que en yucateco se utilizan dos clasificadores básicos: tuul para los seres animados y p'eel para los inanimados. Para decir un perro ellos dirían hun tuulpek, y para referirse a dos piedras dirían ka p'eel tun.

Tipo físico

En cuanto a las características físicas de la familia maya, podemos señalar que son individuos de estatura baja, piel oscura, ojos café oscuro, cabello liso y negro, sistema piloso reducido en cara y cuerpo, hombros anchos, tórax desarrollado y piernas musculosas. Algunos grupos presentan ciertos rasgos peculiares, como la cabeza ancha, la nariz aguileña, el pliegue epicántico del ojo y la mancha mongólica en la base de la columna vertebral. Podemos decir que la diversidad que encontramos en el tipo físico se debe, entre otros factores, al mestizaje continuo con otros grupos étnicos, por lo que este grupo, tal como sucede con lo lingüístico, más que divergir, converge al remontarnos al pasado.

Todas las civilizaciones son por sí mismas únicas. La maya clásica de las tierras bajas tenía un calendario muy complicado; escritura; templos-pirámides y palacios de piedra caliza, con cámaras abovedadas; planos arquitectónicos que hacían hincapié en edificios dispuestos en torno de plazas, con filas de estelas de piedra alineadas frente a algunos de esos edificios; cerámica policroma y un estilo artístico muy refinado, que se expresaba en bajorrelieves y pinturas murales. Ahora se sabe que esos rasgos se desarrollaron en los últimos siglos de este periodo (300 a. C.-300 d. C.).

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